Ayer era el tío más feliz del mundo con mi equipo de fútbol 11, sí, he dicho 11. Hoy la moneda cambia de cara. Debe ser la inatividad como entrenador la que me ha llevado a vivirlo tan a fondo, como si fuera un novato. Un equipo que tiene unos "tryouts", donde seleccionas a los chicos y chicas que quiere para quedarte con lo mejor (telita), en un país donde el fútbol está lejos de ser el deporte rey, haciendo una pretemporada de cinco entrenamientos (la nieve hace estragos), hablando con la mayoría en inglés (eso de toca, pisa, aparece..no sé como se dice, la verdad) ... Un popurrí alucinante. Un proyecto muy atractivo, sorprendente.. Vamos, que hoy (segundo de los 3 partidos que jugamos esta semana) hemos salido a pasear por el campo y cuando nos hemos dado cuenta íbamos 3 a 0. Al final, charlita en inglés en el descanso, vete tú a saber lo que han entendido de lo que yo les quería decir...la verdad es que aunque solo fuera por la cara, en la segunda parte han cambiado bastante...
Se me vuelve a plantear una duda que siempre he tenido como entrenador al trabajar con chicos de 12 a 14 años. ¿qué objetivo tenemos en realidad? ¿Ganar? ¿Enganchar? ¿Me lo paso bien si gano? ¿Juegan todos y que sea lo que Dios quiera? ¿Unos se parten la cara y otros paséan por el campo?
Una evidencia...esta gente está flipando con los personajes que tienen por entrenadores.
Mañana otro partido. Seguiremos informando.
Que se esfuercen y la recompensa llegará sóla. Que se enganchen al juego, ganando de vez en cuando. Como cada 14 ó 15 años.
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